Mis días han comenzado a girar.La vida se detuvo tan solo un por un período de tiempo, difuso pero real, en tanto que las severas consecuencias no importan porque ya no me siento ajena. "Está todo bien, está todo mal", "Pasa todo y a la vez nada", ya no más. Está todo bien. Estoy floreciendo y el entorno es tan bello. "Estamos en ecosistema".
Neuróticas cavilaciones me llevan a esas frías noches compartidas, caminando calles infinitas,entre pasos incansables y descoordinados, yendo al encuentro de aquellos rostros que me dan razones.Razones para seguir caminando,seguir creyendo que cuando uno crece en el amor puede amar y querer bien,querer el bien.
Obvio, hay veces que me precipito por giladas, pero abro las ventanas -fotosíntesis humana- y vuelvo ahí donde me siento liviana,en armonía y toda la vida confluye,como siempre...otra vez. Relajada, tanto como esa noche en que la ansiedad había desaparecido y estaba tan ida que no sentía el cuerpo. Leí que "La felicidad es el deseo de repetir", ahí estoy jodida. ¿Y ahora qué? no se, que sea. Aún así, luego de esa revelación, estoy tranquila.Y sí, todo fue hermoso,lo fue, lo es.
Te miro y veo que ya sos todo un hombre,una mujer, lo que sea que quieras ser, etc. Un ser incompleto, desbordado, con tanto para dar.Estás envejeciendo al igual que yo, pero de modo imperceptible porque respiramos el aura juvenil que nos envuelve.
El tiempo y el viento se manifiestan en este frenético vaivén mientras nos agrietamos como las hojas de aquel árbol que con el pasar de las horas es más y más hermoso.Hermoso como esto y aquello que nos llena la vida,el saber que estamos acá y ahora. Augurios de amaneceres de primavera con sol y olores como el de tu piel cargan estas tintas mías.
Los planetas están en proceso de formación, dispuestos ya para alinearse,pero yo también debo hacer algo para que eso ocurra.
Despegando...