Cerrar esa puerta y abrír otra,
lento y suave.
yo creo que sí.Una sabe cuando estar lejos, cuando estar cerca. Aunque sea por capricho, fundado, justificado. Que las líneas se hagan más estrechas, para que luego el cariño sea cada vez más pequeño, volviendose imperceptible hasta tornarse innecesario.Me resulta tan tierno, a veces, ver tu ortografía minuciosa de la que no puedo quedar exenta, cuando queremos. Porque todo está en las palabras, esas que hoy no existen y que solo encontrás entre tus libros, en los míos. Y si te cuento qué es lo que me hace felíz, me acusarás de simplista, y si te digo que todo es producto de inocentes y añejas elecciones, no me creerías.También ideé un plan para que duermas bajo mi almohada en las noches lentas, cuando no querés esperar. Porque son tantos sentimientos encontrados, que podríamos estar horas hablando de cosas vanas mientras que a ellos los tapa el agua, horas... porque tengo la razón de tu risa.
Y todo es tan hermoso que se pierde en el aire y el silencio dice más que mil lenguas, algo pasa.
Ya en la mañana, el Sol en tu plexo y el idilio de las palabras me doblegan ante una anatomía fascinante.